domingo, 18 de noviembre de 2012

El riesgo país flagela el financiamiento de obras clave para la Argentina

Por Jorgelina do Rosario

 El indicador ya supera los 1.200 puntos. Para los especialistas consultados por Infobae, el país necesita un plan de desarrollo de hasta u$s 650.000 M, pero pagaría un alto costo por no poder financiarse a tasas bajas en el exterior


El Gobierno argentino sostiene que no quiere financiarse en los mercados externos. Pero más allá de querer “vivir con lo nuestro”, el principal obstáculo es la posibilidad real de hacerlo.

Más grave que estar endeudado es no tener crédito. Si la Argentina quisiera colocar bonos en el exterior, una sobretasa del 13,5% es muy disuasoria en un mundo con gran liquidez.
El dinero está afuera, aunque el peligro de invertir en la Argentina es muy alto. El riesgo país –un indicador elaborado por JP Morgan que considera tanto el entorno político como el económico- se encuentra por encima de los 1.200 puntos, sólo superado por Grecia.

Bolivia no emitió deuda en los mercados internacionales durante un siglo. Este año salió, colocó u$s 500 millones en bonos a 10 años en el mercado de Nueva York y consiguió una tasa menor al 5%, beneficiándose del viento de cola. Semanas más tarde, Uruguay colocó deuda a 4,125% con un bono que vence en 2045.

Dejando de lado las “odiosas comparaciones”, economistas consultados por Infobae hacen hincapié en la oportunidad que pierde la Argentina al no poder financiarse en el exterior. Transporte, energía y vivienda son algunos de los sectores estratégicos que necesitan una ola de inversiones. Y según algunos cálculos, un plan de desarrollo nacional puede requerir de hasta u$s 650.000 millones: 1,4 veces el PBI argentino.

“Aunque es deseable estar poco endeudado en moneda extranjera para evitar el riesgo cambiario, si el Gobierno realiza obra pública, puede desplazar inversión privada al tomar recursos del mercado local”, dice Marcelo Capello, presidente de IERAL.

El sector energético pide de forma urgente una reestructuración. El ex secretario de Energía Daniel Montamat calcula u$s 15.000 millones anuales para electricidad, petróleo y gas, un total de u$s 75.000 millones en cinco años. “Hay que rehabilitar los circuitos externos de financiamiento. Nos estamos comiendo las reservas de gas”.

Y vuelven las “odiosas comparaciones”. Si en una situación hipotética la Argentina financiara esta inversión en el exterior con una tasa del 13,5% anual a 10 años –sobre la tasa del Tesoro de EEUU-, le representaría u$s 140.990 millones, según datos del mercado. En cambio, costaría 96.187 millones de dólares con la tasa de Bolivia, del 4,8% a 10 años. Equivale a una diferencia de casi 50.000 millones de dólares.

Para José Barbero, investigador principal de Transporte del Cippec (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento), “rehabilitar el sistema ferroviario requeriría u$s 10.000 millones” en un plazo de cinco a 10 años. “En los ferrocarriles metropolitanos será preciso una renovación masiva, y se necesitan otros u$s 10.000 millones”, adhiere. Financiar estos u$s 20.000 millones con la tasa argentina costaría 37.597 millones de dólares; con la tasa “boliviana”, 25.649 millones de dólares.   

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